Cuando se acaba el libro
Todo iba bien. Teníamos nuestro precioso y bienamado ejemplar literario entre las manos. Lo mimábamos dedicándole minutos u horas, pasando páginas con una mezcla de dulzura y reticencia. A veces lo apoyábamos con cariño en nuestra mesa de hoche, dispuestos a esperar unas horas antes de devorarlo nuevamente.
Pero algo malo ocurrió. Había un desequilibrio en la fuerza, muchas hojas hacia el lado izquierdo. De pronto, ¡zas! Cerramos el libro.
¡El fin del mundo ha llegado!
Así es, señores. El libro se ha acabado. ¡El libro se ha acabado!
ACABADO.
TERMINADO.
LIQUIDADO.
Su reacción al descubrir que se acabó el libro
Y esto puede suponer una bendición o una maldición, dependiendo del ejemplar (hay que tener cuidado con enviciarse y creer que siempre es malo).
Podemos encontrarnos en las siguientes situaciones:
A. el libro era horrible y por fin se ha terminado.¡A celebrar! No más tochos inverosímiles, con protagonistas sosas y jovenzuelos malotes que se arrastran como orugas por la tontuela de turno. No más narración tipo tortuga, y no más golpes de cabeza. ¡Hemos sido liberados!
B. el libro era increíble y lloramos a moco tendido porque jamás, jamás leeremos nada igual. Ya no existen más libros. Hemos encontrado la nueva biblia de la literatura juvenil, fantástica, paranormal, etc., etc.
¿Ya lo captaron?
Además, acabar un libro supone un rito que muchos sufren. ¿Acaso Sinsajo fue fácil de dejar atrás? ¿O Amanecer los dejó satisfechos? El éxito que avala un libro no significa que acabarlo sea siempre algo malo… o tal vez sí. En fin.
Lo que mis pesquisas me han dejado claro es que los lectores que acaban un libro adquieren ciertos síntomas tal vez no muy agradables.
1. No ser capaces de leer otro libro porque seguimos inmersos en el mundo del anterior.
2. Cualquier otro libro nos parece aburrido e insulso.
3. Nuestra siguiente lectura es obligatoria y no tenemos ganas de empezarla.
4. Releemos una y otra vez el libro.
¿Ha padecido usted en algún momento de su vida alguno de estos síntomas? ¡Cuidado! Usted puede ser un lector número 4 en potencia, y adquirir manías que podrían acarrearle muchos problemas. Y le hablo en serio, mi estimado amigo.
Así que tome precauciones. Que el libro no se convierta en su mejor amigo… Acabarlo podría ser su peor pesadilla.