Título original: Fahrenheit 451
Serie: Libro único
Edición: Debolsillo, 2012
Traducción: Ángel Crespo
Páginas: 192
ISBN: 9788490321478
Sinopsis:
La distopía de Bradbury es, en primer lugar, la pesadilla de cualquier amante de los libros. Un mundo en el que quemar libros es cosa de todos los días, en el que leer es sinónimo de castigo y en el que pensar te convierte en un peligro público. En este mundo se vive por el placer, la diversión, las emociones intensas, con televisores lava cerebros que destierran la individualidad a favor de una mente colectiva reprimida. ¿Les parece familiar?
Me ha gustado mucho el mundo creado por el autor, por sus argumentos, sus personajes y cómo discurre la trama. Se divide en tres partes en las que su protagonista, Guy Montag, evidencia cambios de mentalidad e ideales al percatarse de la “verdad”.
Sin embargo, me ha costado empezar por el uso ―exagerado en mi opinión― de la retórica; hay mucho juego entre la narración y lo poético. Me ha chocado encontrar tanto lenguaje rimbombante en una distopía, y ha entorpecido mi lectura al menos durante un tercio del libro. No sé si los otros libros de Bradbury tienen el mismo estilo. Lo que tengo claro es que no me sentiría cómoda si fuera así.
El segundo gran pero es que al menos durante las primeras cincuenta páginas tenemos un mundo confuso y desconocido; el discurso que explica el universo ficticio de 'Fahrenheit 451' está un poco más adelante de lo que hubiera deseado. Eso también contribuyó a mi fatídico comienzo.
Dejando a un lado estos dos puntos (a mi parecer, negativos), la novela cumple con ser una aterradora profecía, como toda distopía de buen nivel. Además, cuenta con unos personajes muy icónicos, que representan valores e ideales muy claros. Y el final es un cierre perfectamente adecuado para una historia de su calibre.
Serie: Libro único
Edición: Debolsillo, 2012
Traducción: Ángel Crespo
Páginas: 192
ISBN: 9788490321478
Sinopsis:
Fahrenheit 451 ofrece la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza.
Comentario personal
‘Fahrenheit 451’ recae en la categoría que yo llamo “distopía clásica”: aquellas precursoras que datan de mediados del siglo XX, y que evidencian la agitación político-social posterior a la Segunda Guerra Mundial. Junto a ‘1984’ de Orwell y ‘Un mundo feliz’ de Huxley, las tres tienen un elemento en común: dan un salto al futuro y se erigen como profecías de nuestro tiempo. En ellas podemos encontrar modos de pensar y de vivir muy parecidos a los actuales. Tan similares que asustan.La distopía de Bradbury es, en primer lugar, la pesadilla de cualquier amante de los libros. Un mundo en el que quemar libros es cosa de todos los días, en el que leer es sinónimo de castigo y en el que pensar te convierte en un peligro público. En este mundo se vive por el placer, la diversión, las emociones intensas, con televisores lava cerebros que destierran la individualidad a favor de una mente colectiva reprimida. ¿Les parece familiar?
Me ha gustado mucho el mundo creado por el autor, por sus argumentos, sus personajes y cómo discurre la trama. Se divide en tres partes en las que su protagonista, Guy Montag, evidencia cambios de mentalidad e ideales al percatarse de la “verdad”.
Sin embargo, me ha costado empezar por el uso ―exagerado en mi opinión― de la retórica; hay mucho juego entre la narración y lo poético. Me ha chocado encontrar tanto lenguaje rimbombante en una distopía, y ha entorpecido mi lectura al menos durante un tercio del libro. No sé si los otros libros de Bradbury tienen el mismo estilo. Lo que tengo claro es que no me sentiría cómoda si fuera así.
El segundo gran pero es que al menos durante las primeras cincuenta páginas tenemos un mundo confuso y desconocido; el discurso que explica el universo ficticio de 'Fahrenheit 451' está un poco más adelante de lo que hubiera deseado. Eso también contribuyó a mi fatídico comienzo.
Dejando a un lado estos dos puntos (a mi parecer, negativos), la novela cumple con ser una aterradora profecía, como toda distopía de buen nivel. Además, cuenta con unos personajes muy icónicos, que representan valores e ideales muy claros. Y el final es un cierre perfectamente adecuado para una historia de su calibre.